Hoy día 13 de septiembre, llega Martín Castro (Jordi Coll) a la televisión de
Italia en prime time, a las 9:10. Junto a María Castañeda ( Loreto Mauleón). Ellos,
nuestros vecinos, sí que les dan el lugar y la promoción que se merecen. ¡Qué expectación está creando en las redes sociales! ¡Que ilusión he
sentido al saber que ahora mismo, nuestro gallardo Martín, el protagonista tras
la muerte de Pepa, está entrando con la fuerza de un huracán a los hogares de
los italianos!
Cuanto les queda por soñar. Cuanto les queda por vivir, por amar y por
sufrir. Como me gustaría volvieran aquí , y revivir de nuevo estas nuevas
historias, estas nuevas emociones. Qué
paradoja es la vida. En Italia entra por la puerta grande, y aquí en España
sale por la puerta de atrás. Que destino más triste le ha deparado la historia,
después de tanto luchar, de tanto sufrir, de tanto buscar la felicidad que le
fue arrebatada desde la más tierna infancia, lo han relegado casi a su sombra,
ni eso, a pasar de ser el centro de todo, el eje central a olvidarlo en la casa
de comidas, o arreglando papeles en el Jaral. Sentimientos encontrados pasean
por mi persona, ilusión por lo que vivirán nuestros vecinos, y desazón por la
marcha de un muy buen actor y un personaje principal.
Pero ahora mismo, lo que prima es alegrarnos por esa llegada del “curita!”
a Puente Viejo. Martín vuelve tras 16
años de penurias, después de averiguar, forzando una situación límite, y de la
boca de Calvario, quién era su verdadera madre, la impía de la partera, Pepa.
Llega con ganas de abrazarla, de besarla, de charlar con ella, anhelando su
compañía, y recordando en lo más profundo de su corazón las tardes y los ratos
que pasó con ella, con Pepa, a la que tanto quería, sin saber que ella, era la
que le dio la vida. Pero cuando llega no
puede conseguir su sueño, pues Pepa murió al dar a luz, a una hermana que no
sabía que existía.
Todas estas noticias le dejan sumido en una congoja y en una
zozobra por saber que ocurrió con su madre, y en pensar la lejanía de su
hermana, por la incompresible actitud de Tristán Castro, su padre. En esa
búsqueda halla el amor de su vida, María Castañeda, una pizpireta muchacha, que
nada más verle queda prendada de él, tanto que removerá cielo y tierra para que
Martín sienta lo mismo por ella, y sufrirán lo indecible, y pelearán lo impensable, para poder vivir su
amor. Su tan tierno, puro, dulce, romántico y maravilloso amor prohibido.
Qué recuerdos más bonitos, que momentos más entrañables, que magnifica
trama. Que diferente es todo ahora.
He estado pensando y dando vueltas al magin, cayendo en la cuenta de que
cada 300 capítulos más o menos, los protagonistas de una forma u otra nos
dejan, primero Pepa en el capítulo 381, después Tristán en el capítulo 666, el
número de la bestia y ahora con un dolor tremendo tendremos que dejar de ver a
nuestro querido Martín sobre el capítulo ( 950?) eso no lo sé, pero queda poco,
mucho menos de lo que me gustaría. Y viviremos de nuevo su pérdida, como cuando
era un niño, y se perdió en la quebrada de los lobos.
Pero en todos estos
cambios, en todas estas ocasiones, en la marcha de Pepa, de Tristán, no hemos teniendo
que hacer mucho esfuerzo, a pesar de la honda tristeza que dejaba su marcha, para seguir encontrando
la esencia del serial, ya que todavía nos quedaba Martín, el nexo con sus
padres, él permaneció junto a ellos, junto a sus padres, en todos
los capítulos desde el minuto 1. Martín fue, por el que Pepa, sufrió,un rosario de desventuras, aguantó carros y carretas, lo encontró, perdiéndolo de
nuevo, llegando a las puertas de la locura,pero sin dejar en ningún momento de pensar en él. Martín de una forma u otra siempre ha estado presente, igual que Pepa lo está ahora.
A pesar de las tristes y lamentables marchas, todavía permanecía esa unión con el pasado, Martín era el hilo
conductor, entre el pasado y el presente, y en los capítulos que disfrutamos de
él, encontré una trama que me llenaba y satisfacía, que me hacía disfrutar y
esperar con entusiasmo e ilusión el capítulo diario, y continuaba con ganas de
saber, y de vivir su apasionante historia, aunque tengo que reconocer que desde
que murió Tristán le he echado muchísimo de menos. En cambio Pepa siempre
permanecía, y permanece pululando por todos los rincones de Puente Viejo,
velando por los suyos y demostrando que la partera era más que una simple
mortal.
Tanto permanecía la presencia de Pepa en Puente Viejo, que casi 455 capítulos
desde su muerte, la partera volvió a aparecer para dar a conocer a su otro hijo
Bosco. ( cosa que siempre he pensado que era de última hora pues una partera
con la experiencia de esta, no hubiera errado tanto, al no poner en
conocimiento que llevaba gemelos en su vientre) ella siempre hablaba de su
hija, que tendrían una niña. Por eso creo que ha sido ahora que han querido
meternos esta nueva incorporación. Quizá obligados por la marcha de Jordi Coll,
Martín y sin saber el futuro de nuestro protagonista, prepararon otro hijo para
seguir junto con Aurora la historia de los hijos de la partera.
Todos y cada
uno de nosotros, siempre habíamos pensado, que solo eran Martín y Aurora los únicos
descendientes de Pepa, pero esta, nos dejó un regalito que de momento, la
mayoría de las fans de la novela y tras el giro que ha dado su historia,
preferiríamos que se quedara resguardado en una cajita para nuevo menester,
pues somos muchas las que pensamos que ese regalo sacado de la manga, no llega
al nivel de las tramas que nos venían ofreciendo hasta ahora.
Creo que para nosotras, fieles espectadoras, sería de gran ayuda que
alguien explicara algo “oficial” de la marcha de Jordi Coll, ya que esta
zozobra, este no saber, este hermetismo no favorece mucho, más bien al
contrario, la gente lo ve como un fin de trayecto, y se especula, se comenta, se inventa, sobre si
volverá, o no volverá. Necesitamos saber, de fuentes fidedignas, que esa marcha
será temporal, que serán solo unos meses y que nos digan más o menos cuantos,
para que nos quedemos esperando con algo de ilusión la vuelta de nuestro galán.
La audiencia necesita que la trama
inicial, de la que siempre estoy hablando, tenga respuestas, ya que se han
quedado muchas vías abiertas y no sabemos nada al respecto, por eso Jordi, tiene que volver, de lo contrario sería
muy cruel por parte de los guionistas ya que no se enteraría que Bosco es su hermano, ni
podría ayudarle junto a Aurora,
explicarle quien fue su madre, él es el único que la conoció en vida, el que
disfrutó de sus abrazos, de sus besos, de sus juegos y cuentos, de su cariño y
amor. No podrá decirle a su hermano mirándole a los ojos, quien mató a su
madre, y enfrentarse a su abuela para vencer nuevamente, su maldad.
Ya sé que
está Aurora, y que tengo que deciros que siempre me ha gustado, y me encanta la
relación tan entrañable que tienen los hermanos, y que tantos buenos ratos me
han hecho pasar, pero para descubrir todo esto, ese tema tan importante, cuando
hablen con doña Tula que la tenemos olvidada, o bien muerta en casa del que
decía ser tío del zagal. O cuando Mauricio, según las imágenes que se han
filtrado de la semana que viene vea los lunares y empiece a pensar y sacar
conclusiones de él porque deja Doña Francisca Montenegro, la herencia a Bosco,
todas esas cosas que están por venir, tendrían que descubrirlas paso a paso,
los hijos de la partera, Martín y Aurora.
La fuerza de Pepa, esa fuerza
sobrenatural que tan arraigada está en los genes de sus hijos, tiene que
ayudarles a vencer. Ellos tienen que derrocar a Francisca, y convencer a su
hermano, Bosco de la maldad de la doña, ir reconociendo en sus actos, la bondad
del muchacho y los rasgos de sus ancestros, signos inequívocos de que
verdaderamente Bosco es su hermano. Toda
esta trama tienen que vivirla los dos, Martín y Aurora, por eso pienso que
posiblemente, vuelva por Puente Viejo, y espero que sea por la puerta grande,
esa puerta que nunca debió dejar, y que no le abandonen junto con María, como
un retrato en sepia, en un marco de plata, en cualquier rincón del desván del Jaral.
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