Hoy estoy satisfecha. En este capítulo me he librado de un
malestar que llevaba dentro desde hace unos días. Me alegro que por boca de un
personaje Emilia Ulloa, le haya dicho a Raimundo Ulloa lo que yo, le hubiera gritado hace días, igual como lo ha
hecho su hija, tal y como se lo diría yo a mi padre. Bravo por Emilia. A veces
a los padres hay que darles una colleja para que despierten del hipnotismo al
que están sucumbiendo y vuelvan a la cruda realidad.
Repetiré esas mismas palabras, que voy a enmarcar:
Emilia -Padre su
comportamiento está siendo irresponsable y pueril, y está traicionando a su
familia.
Raimundo-No digas disparates,
el que Francisca y yo quedemos para conversar sobre arte y literatura no hace
daño a nadie.
Emilia -A mí me lo
hace. O es que acaso no recuerda todo el daño que me ha hecho esa mujer. Todo
el daño que les ha hecho a sus nietos y a sus hijos. ¡¡Por el amor de Dios!!
Quiero que deje de
verla. Hoy habrá sido el último día.
Raimundo-Yo ya soy
mayorcito para que me digan lo que tengo que hacer.
Emilia -Padre por el
amor de Dios, se está aliando con nuestra mayor enemiga. Con la causante de
que mi hija, Gonzalo y mi nieta no estén a mi lado. Si por su culpa, se entera
del paradero de María, le juro que no se lo voy a perdonar en la vida.
Suscribo todo lo dicho, aplaudo y reverencio a ese peazo de
hija, que tiene lo que hay que tener y que siempre protege a toda su familia,
incluido a su padre....
¿Cómo es posible que Raimundo haya olvidado todo eso? Todo lo
vivido? Todo lo sufrido? Y además, tan reciente?
Entiendo que el amor todo lo perdona, que te hace perder la
cabeza, que te nuble las entendederas, pero en lo referente a tus hijos, nietos
y demás familia… es de todo punto imperdonable. Si lo sufre uno en carne
propia, las ofensas no duelen tanto, pero en los tuyos, la cosa cambia. Y que conste que he dicho ‘ofensas’ que no maldades,
maquinaciones, y comportamientos perversos, crueles. dañinos e intentos de asesinatos.
Además sabiendo que ese amor es enfermizo, tal y como
siempre dice Raimundo y que se nutre de recuerdos, de un tiempo lejano, de un tiempo que ya no es, de unas
personas que ya no están, está todo en su memoria, y parece que la memoria de
Raimundo es la memoria de un pez.
La vida te lleva por derroteros insospechados, y te forja
según te trate la vida, según vayas avanzando por ese sendero marcado por el destino, y según vayas tejiendo tú día a día, tus alegrías y tristezas, tu perdón y tu rencor. Todo eso te hace cambiar el carácter y la percepción
de lo vivido se tiende a confundir, pues aquellos recuerdos de antaño que guardamos en un rinconcito
en la memoria, se forman y se deforman a nuestro antojo.
¿Quién no recuerda episodios de su vida, perdidos en la
lejanía de un vago recuerdo, que hemos guardado durante años, cubiertos con un
fino velo, como se desdibujan de la realidad? Nada es como recordamos, ya que
nosotros mismos, no somos como éramos, como fuimos, como quisiéramos seguir
siendo. Añoramos aquellos momentos, aquel aroma, aquel roce, y los acrecentamos debido al paso del tiempo, pero son tiempos
pasados que nunca volverán.
Raimundo está sumido en un envolvente halo de ilusión óptica,
que no le deja ver más allá. Está siendo una vez más, el juguete de la arpía, de la dama negra, de lado
oscuro de la vida, de un demonio, que le cuesta poco usar sus artes
de persuasión románticas, y cariñosas para conseguir lo que tenga en mente.
Raimundo hará bien en recapacitar, todavía está a tiempo. Su
biznieta, sus nietos Martín y María, han sufrido lo indecible, han tenido que
huir de la peor manera, y no pueden disfrutar de su familia por culpa de la
doña, Aurora otro tanto, Tristán, Soledad y un sinfín de allegados, sangre de
su sangre, y mientras tanto, Raimundo, envuelto en la red de seda, le sigue leyendo poemas a la luz del sol.
Es indignante, no es comprensible, ni aceptable
y menos viniendo de Raimundo Ulloa, un señor defensor de la injusticia, y que se viste por los pies, pero que ahora
más bien lo estaba haciendo por la cabeza.
Tengo que felicitar a Emilia, a su coraje a su cordura. Creo que ha hecho recapacitar al hasta ahora, desorientado, distraído, y abstraído, Raimundo, haciéndole ver que no puede correr un tupido velo, como si no hubiera pasado nada. Con todo el daño que les ha hecho. Espero que recapacite, y que le
vuelva la cordura, y la lucha contra las injusticias como hacía antaño, y veréis
como la doña, ofendida por el desplante, tramará algo si ve que Raimundo no
sigue bailando su vals. Cuanta falta le hace el padre Anselmo.
Lo que os comenté en otro post. Francisca es un personaje
que nos ha demostrado que es inteligente, y que nada se le escapa a su
alrededor, ( muchas veces visionaria, sabe la reacción de todos y cada uno de sus familiares), por eso
sigo diciendo, que es tan curioso que en el mismo momento que Mauricio le da la
noticia que dejan de buscar a María por que las dan por muertas, cierre la
puerta y cite a Raimundo.. ¿Qué estará tramando? Pues solo nos queda esperar.
Pero hoy me siento contenta, estoy satisfecha, porque la
doña volverá a sentir soledad. Y es justo lo que se merece, y eso, ya no me lo
quita nadie.
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