25 de marzo de 2015

RECUERDOS- HISTORIA DE MARTÍN Y MARÍA, SU VIDA, SU AMOR.

Buenos días mis queridos vecinos de Puente Viejo.


Hoy me siento tremendamente melancólica, acentuada por las inclemencias del tiempo, esa interminable llovizna que nos va calando poco a poco, hasta dejarnos empapados y tremendamente tristes.


La tristeza que hoy alberga mi alma, r en parte pudiera se  porque  Puente Viejo ya no me llena como antaño, y posiblemente incrementada mi añoranza, tras bucear durante estos últimos días, entre los más de 550 capítulos, buscando entre más de 24.750 horas, que día a día, nos han acompañado, formando parte ya, de nuestra vida, de una forma u otra.


Ciinco meses han pasado ya, desde aquel 21 de octubre donde Martín marchaba a Cuba, la marcha de Jordi Coll, dejó un vacío muy grande en la serie, y coja a su amada María Castañeda. Cinco meses, porque su vuelta fue un abrir y cerrar de ojos y nos dejó un sabor agridulce.

Durante todo ese tiempo que permanecieron entre nosotr@s, hemos vivido emociones de todo tipo, y hoy tras haber escogido algunos de sus momentos, difíciles de escoger porque todos y cada uno eran mejores que los que ya había escogido, es cuando me he dado cuenta de que  me siento especialmente triste.


Se que no debería sentirme así, pero es imposible hacerlo, viendo los últimos capítulos de PV, me siento como percibí que se sentía nuestro querido Tristán, tan solo el  escuchar el nombre de su Pepa, en boca de alguien, o tan solo imaginar que alguien pudiera entrar en sus aposentos, y tocar sus cosas, o pisar, por donde lo hizo ella, le dolía en el alma. Algo así como si profanaran su memoria.
Pues bien, viendo el devenir de la vida en el Jaral, no puedo sentirme de distinta manera. El altar, el rincón mágico, donde se alberga, en cada rincón de la casa, los recuerdos, sentimientos, momentos maravillosos, que están tan íntimamente ligados a los protagonistas de Puente Viejo, a los anteriores Tristán y Pepa,  y a nuestros queridos, sufridos y añorados,  Martín y María. Su mundo, el que crearon con tanto amor, donde por fin, pudieron ser felices, viviendo con intensidad y sin cortapisas su profundo y gran amor, hoy se ha convertido en un albergue de gentes variopintas que no me producen la misma empatía, ni los mismos sentimientos que los de antaño, me producen todo lo contrario.


Ver a Aurora, arropar a su ‘nuevo’ hermano, que por otra parte es del todo legítimo y normal claro, pero no puedo evitar las comparaciones de aquel cariño, la complicidad que tuvo con Martín, y que sentimos junto a ellos desde el minuto uno. Aquel abrazo donde se descubrieron el uno en el otro, ahora, no es lo mismo, ni por asomo.


La frialdad entre los moradores del Jaral, forzados para dar y transmitir un amor que no se transmite, que no se vive. El Jaral rincón de amor por excelencia, junto con la casa de comidas, amor del bueno, ya no es lo mismo. Ver a Beltrán, el ‘nuevo bebé’ el que intentarán que sea la alegría de su nuevo hogar, y que intentarán cubrir el vacío que deja ‘la niña Esperanza’ es prácticamente imposible.

Gente extraña que no viene al caso, como Inés, que a una gran cantidad de fans de la novela, es imposible que nos transmita empatía, o sentimiento alguno; ni tristeza, ni alegría, ni pena, ni gloria, y realmente no entiendo el motivo, pues intento verlo con cariño, pero me es del todo imposible, la siento extraña, ñoña, floja, insulsa en esos sentimientos que intenta demostrar. Recuerdo a Pepa, incluso a María, cuando creyeron haber perdido a sus hijos, y ese dolor, esas expresiones, llenaban la pantalla, ahora no lo siento igual, y siempre le falta algo más.


Ver a los habitantes de Jaral, Candela, Rosario, Aurora, aquellas gentes que vivieron,sufrieron, abrazaron, estimaron, compartieron, rieron,conversaron con Martín y María, en una situación afable, junto con los nuevos  personajes, sentados todos en la misma mesa, donde nos quieren repetir escenas familiares, me remueve por dentro, y no me deja disfrutar de mi serie preferida.


Tanto es así que los últimos capítulos, aún no los he visto completos. Para mi se repite la misma sensación que tuve cuando entraron en Puente Viejo, estos mismos nuevos personajes. Una nueva historia de amor, metida con calzador, que no convence a nadie, y  ahora en el jaral, es prácticamente lo mismo, una familia, que por mucho que se intente, no se percibe así. Otra cosa sería si compartieran mesa con Martín y María, ellos son los que faltan, Martín era la cabeza familiar una vez murió Tristán, ahora por mucho que Aurora haga a su vez de señora del Jaral, falta la figura del hermano mayor, y el cariño y la complicidad de su prima María. Todo lo relacionado con Bosco y su ‘triangulo de amor’ está metida a empeñones, intentando vendernos una alegría, que percibimos muy forzada, envuelta en un ambiente, de frialdad y tensión, que se pudiera cortar con el cuchillo.


En fin.. todo esto debe ser como he dicho antes porque he estado  más de quince días( a ratitos) volviendo a ver, la historia de Martín y María,  aquella trama tan especial, aquel amor tan imposible, como imposible veo que podamos disfrutar de nuevo de un amor así en Puente Viejo.


Y es por eso que mi reflexión de hoy es: ¿Hay realmente una historia de amor ( en mayúsculas) en Puente Viejo, un amor, que nos remueva por dentro, que nos haga evadirnos de la realidad? Pues, según mi humilde opinión y con todo mi respeto por todos los que intervienen en la serie, ahora mismo, no lo veo…. encuentro situaciones cotidianas, de más o menos interés, pero que ni mucho menos me llevan a desear ver cada día esas historias que tanto me satisficieron.


Por todo esto, y desde la marcha de Martín y María a Cuba, estoy haciendo, ( y por fín terminé), un vídeo en honor, en agradecimiento a todos aquellos que intervinieron en la creación y recreación de esa historia, desde el primero al último, la historia de Martín y María, un gran amor que a tant@s nos hizo soñar, y que tantos buenos momentos nos dio.


He querido dejar plasmado en este vídeo, lo que me ha llegado de much@s de los fans de la pareja, fans de Puente Viejo.  Much@s puente vejeros, no acabamos de encontrar nada que llene ese vacío, encontramos mucho a faltar a Jordi y Loreto, y Martín y María, tienen mucho que descubrir y por lo que luchar.


Evidentemente que tod@s los que pedimos su vuelta a gritos, deseamos que triunfen en todos sus nuevos proyectos, y deseamos saber cuales son estos, para seguirles allá por donde vayan, y esta es una cuestión que incomprensiblemente para un sector de  los seguidores de Puente Viejo, nos tachan de lo contrario. Nosot@s, todos los que  queremos volverlos a ver en Puente Viejo, queremos a Jordi y Loreto, por supuestísimo, y les seguiremos apoyando y arropando, pero deseamos de todo corazón, que Martín y María vuelvan a su pueblo, el nuestro y el de todos, y vuelvan a ocupar su lugar, a disfrutar de su familia, y a ver crecer como siempre han querido a Esperanza junto a sus abuelos, tíos, familiares y vecinos, y a seguir luchando en contra de doña Francisca Montenegro, solo a los hijos de la partera, y en  especial a Martín y María, por todo lo que sufrieron por su culpa merecerían poner la guinda en el pastel, y acabar con Francisca.


Así que … y tal y como dijo Martín Castro en su despedida..


“....Volveremos!! … Cuando Francisca ya no pueda hacernos daño, volveremos a Puente Viejo…”


Y nosotr@s estamos esperando en candeletas.

Espero que os guste el vídeo de la historia de Martín y María.. con todo mi cariño!! mientras esperamos su vuelta.


Martín y María: No es un Adiós. by MarGonz

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