Leyendo lo que leo en contra de Emilia Ulloa, no he podido dejar de escribir mi opinión al respecto, ya que Emila Ulloa es uno de los personajes que desde el minuto uno de la
serie ha sido uno de los principales puntales del serial, una mujer como
pocas, íntegra,honesta, honrada, justa, corajuda, ecuánime, amiga de sus amigos, amante de su familia, cariñosa con sus vecinos, sacrificada, ( vamos lo que hasta ahora era la marca Ulloa, marca que su padre ( si no cambia de actitud) ha dejado en entredicho). Muchos son los adjetivos que quedan por
decir sobre este personaje, un personaje que encierra en su interior tan
grandes y profundos valores y sentimientos.
IMAGENES DE LA PÁGINA DE ALFONSO Y EMILIA |
Hablamos de Emilia Ulloa. Una
Gran Mujer, y quiero puntualizar en ello. Gran mujer. Siempre ha estado
apoyando a los demás, arrimando el hombro incluso sacrificándose por los demás
y sobre todo por su padre, pues recordemos todos, que Emilia, iba a marchar a
Madrid teniendo un buen futuro por delante y lo rechazó por él por no
abandonarlo, (Cosa que él no ha dudado en hacerlo sin pensar en nada más)
Siempre por su ‘padre’ por el que daría la vida y al que quiere con locura, a pesar
de haber descubierto de la peor manera que no lo era.
Y es en este momento que quiero
recordar por todo lo que ha pasado Emilia y lo que no puede olvidar con tanta
facilidad, como parece ser que lo hacen todos los demás, que más bien creo que
es resignación a aceptación.
Creo que los ‘demás’ intentan que
Raimundo sepa, que si decide volver estarán dispuestos a abrirles de nuevo sus
brazos, pero es que para Emilia es totalmente distinto, no puede ver, ni creer
que su padre haya olvidado todo lo vivido, la traición, la maquinación, el
tormento, la manipulación a la que han estado sometidos, su familia, y todo
Puente Viejo, y yo la comprendo, y la apoyo completamente.
Empezando por el mal trato a la
familia de su marido, su querido Alfonso, a la que humilló, maltrató y vejó
hasta la saciedad, intentando acabar con la vida de su cuñado Juan en cientos
de ocasiones.
El chantaje, al que Emilia fue
sometida por manipulaciones de la doña, ya que por avatares de la vida, quiso el
destino, que doña Francisca estuviera presente cuando Emilia acabó con la vida
del primer abusador de María, situación que, a priori pareciera altruista, y
que la doña supo aprovechar a conveniencia, y sacar tajada de aquel secreto,
quedándose a María, a la que educó incluso prohibió que se relacionara con su
familia como si fuera una más de ellos, haciéndola suya y jugando con ella a su
antojo(¿porque con ello, se sentía triunfante sobre Raimundo al educar ella a
su nieta?)
Jugó también con su hermano,
Sebastián al que volvió a utilizar, y que por sus trapicheos le arruinaron por
completo, no me extraña que tiempo después volverá a buscar venganza.
Por no decir las veces que ha
querido matar a su padre, Raimundo. Desde
la primera paliza que le propinaron sus esbirros, robándole todos los ahorros y
dejando casi ciego, hasta cuando le envenena dándole trocitos de cristal para
terminar con él, como cuando intentó quemarlo vivo en el almacén de paja.
Y todo eso… ¿por amor?
Debemos recordar también, todo el
daño que le hizo a su otro hermano, Tristán, el adorado hijo de la doña y
Raimundo, al que manipuló desde la más tierna infancia. Con él, también se cebó
sin excusas, todo porque un día cualquiera le dijo, no.
Desde dejar que creciera junto a
los suyos, Sebastián y Emilia (sus hermanos) sin decir nada, hasta intentar
matar a la partera en varias ocasiones, envenenándola en la casona, bajo la
apariencia de buena samaritana, y después en el Jaral, cosa que al fin, parece
ser que consiguiera… y digo ‘parece ser’ porque y dicho de paso, creo que ella
sabe perfectamente donde se encuentra Pepa.
Pasando por el desprecio de no asir
la mano que le tendía su hijo, y no asistir
a la boda de Tristán con Candela, todo por orgullo, un orgullo que tuvo que
tragar con todo el dolor de la muerte de Tristán.
Fechorías contra su nieto,
Martín, que y antes de saber quién era ya quería sacarlo de en medio, por el
simple hecho de que no pensaba igual que ella y le estaba abriendo los ojos a
su juguete, María Castañeda. Todo lo que se interpone, o que ella cree que le
molesta lo quita de en medio sin vacilar, todo el que piensa o dice algo que no
es lo que ella quiere escuchar, lo aparta sin pestañear.
El médico de PV, fue su primera
víctima, el primero de un rosario de cadáveres que revolotean a su alrededor,
pasando por León, y terminando por Silverio. Todo sin el más pequeño atisbo de
arrepentimiento, ella juega a ser Dios y de momento solo es el demonio.
Y comprendo que Emilia no pueda
perdonar todas esas fechorías, hacer ver que no ha pasado nada, ya que son
muchas, y en las palabras de Francisca
no advierte arrepentimiento, humildad, nobleza y ni por asomo ‘verdad’.
Cuando Francisca habló con ella,
frente a la casa de comidas, ¿Qué pretendía?
Francisca no sabe que María y Esperanza están vivas... ¿y se presenta frente a Emilia tan normal? Por
su culpa, María y Esperanza se lanzaron al vacío, ¿y ella llega allí a hablar
de un perdón fingido, que ni siente ni padece?
IMAGENES DE LA PÁGINA DE ALFONSO Y EMILIA |
Francisca veía altiva, henchida de un triunfo que de momento
disfruta, y digo de momento, porque tengo mi teoría al respecto, una teoría que
de no ser así, me pasaría como le pasa a Emilia y nunca perdonaría la decisión
de mi padre, por muy enamorado que este estuviera de una ‘asesina’ que además
me ha privado de lo que más quería, mi hija y mi nieta, y ahora me arrebata a
mi padre. Francisca no tiene corazón y en cualquier momento, se comerá el
corazón de Raimundo, su padre.
Emilia a pesar de lo que algunos
dicen, no es egoísta, todo lo contrario, pero ve más allá de los ojos de su
padre, más allá de la resignación de su familia, y la comprendo. Raimundo no
puede pretender que le comprenda, que acepte esa relación sin más, cuando ha
estado doña Francisca, durante toda la vida maltratando a toda su familia, día
tras día durante tantos años y que para más inri, ha hecho que ni su hija,
María, ni su sobrino Martín, ni su nieta Esperanza, puedan compartir con ellos
esa felicidad que ahora mismo les envuelve. Le ha arrebatado la vida, pues un
hijo es vida, ¿y ahora espera aceptación y comprensión?
Estoy con ella, al mil por cien. Que cada uno asuma las
consecuencias de sus actos, Raimundo ya es mayorcito, sabe lo que quiere, pero
que no pida que se le entienda, ni que se acepte una decisión tan egoísta que pasa
por encima de todo y todos, ni pretenda que Emilia vea con buenos ojos esa
relación que no llegará a nada, pues, en esa relación, y por una de las dos
partes, y todos sabemos de qué parte se trata, anida tanta maldad, como años acumulados,
así que, respecto a Raimundo que haga lo que quiera, lo que crea que debe hacer,
pero que no espere complicidad, ni buenas palabras, ni gestos de comprensión,
porque eso no hay quien lo comprenda, ya que los demás tampoco lo hacen, solo
se resignan y está visto y comprobado que Emilia Ulloa nunca disimulará, ni se resignará
a aceptar una situación que vaya en
contra de sus principios.
Vaya usted con viento fresco,
señor Raimundo Ulloa. Ya volverá.
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