El padre que nunca tuvo, el hijo que nunca fue.
Bueno, pues cada vez veo más cercana la relación de Mauricio con el resto
de los vivientes.
Siento, al mirar sus ojos, que Mauricio está viviendo sentimientos
encontrados, descubre cada día que pasa nuevos y diferentes sentimientos, que
no quiere reconocer. Como si la venda de sus ojos se hubiera deshilachado y
dejara entrar la luz del sol, y poco a poco fuera vislumbrando la silueta de
los que viven a su alrededor, personas que le aprecian y que siempre han estado
ahí, aunque él con su rudeza no haya podido o querido verlo, precisamente por
esa venda que él voluntariamente se puso hace ya muchos años, en sus ojos, y
que poco a poco, se ha ido deteriorando con el paso del tiempo.
El amor hace que todo nuestro alrededor tenga tintes de color, y ahora
Mauricio está sintiendo variopintos sentimientos, que hacen ver tras esa venda,
el color del arcoíris, con sus blancos y negros indiscutibles.
Él gran capataz, está encontrando todo lo que le faltaba en su vida, desde la
ternura y las lisonjas de una mujer, que encuentra en las palabras de Fe y el
sentimiento de custodia hacia Bosco, que cada día que pasa es mayor y más fuerte.
Mauricio, siempre ha sabido de la maldad de la Montenegro, su dueña y
señora, maldad que compartía, que tramaba y ejecutaba sin remordimiento alguno.
Pero Mauricio ha dado un cambio sustancial, ha madurado o ha escuchado tal como
aconseja a Bosco, los dictados de su corazón, y ha ido tomando consciencia muy
a su pesar, (pues no quería romper frente a los lugareños, esa coraza que rodeaba la figura del temido
capataz), todo lo bueno que todavía le quedaba por vivir y que podría llegar a
perderse de seguir porfiando en su actitud hosca, y como
buen capataz y observador que es, ha comprendido que Doña Francisca está a cien
años luz de él, siempre va un paso más adelante, dando un giro de tuerca a
todas sus maldades y su actitud para con los suyos, algo que a él, afortunadamente
y de un tiempo a esta parte, se le escapa, no comprende y lo mejor, no comparte,
pues ha comprobado que esa actitud tan altiva, tan soberbia, tan arrogante, no
le conducen a nada, tan solo a una soledad absoluta, a un rechazo de toda una
sociedad, al encierro en su mundo, y lo peor al rechazo de su familia, y eso, a
nuestro querido capataz, ya no le llena como antes. Mauricio ha empezado a
volar.
Se ha dado cuenta, que haga lo que haga, aunque cumpla a pies juntillas
todas sus órdenes, ya no es como antes, a veces la doña, le presta la atención
que antaño le dedicaba, pero sabe que él ya no es tan importante para su ama, y
por eso Mauricio lucha con los sentimientos contradictorios, por todo lo vivido
últimamente. Lo que es correcto y lo que debe ser.
Es cierto que a la doña, le asomó un vago sentimiento hacia su capataz
cuando este permaneció enfermo a punto de morir, pero visto lo visto, Mauricio
va comprendiendo, que aquella muestra de preocupación, era más bien un sentimiento
de egoísmo por parte de su ama, al pensar que su fiel guardián la iba a dejar
sola y ya no tendría mano ejecutora, que a un sentimiento de cariño o amistad,
como en un principio entendió o quiso entrever.
Descubro en cada paso, en cada palabra de Mauricio, un cierto cariño hacia
Bosco, quizá también le recuerde a Tristán, quizá intuya algo pues siempre anda
ojo avizor, pues a pesar de lo que siempre le espeta la doña, que si es un
mastuerzo, que si es un patán, Mauricio, de eso tiene bien poco. Sabe
perfectamente sus limitaciones y hasta qué punto puede actuar. No podemos
olvidarnos de que Mauricio tiene en su poder, cinco mil pesetas, que le sacó al
endriago de Fernando Mesía, Mauricio, sabe muy bien lo que hacer, y cómo y con
quien hacerlo.
Por eso, porque sabe todos los intríngulis de la casona, es porque el sentimiento hacia el muchacho va en
aumento, desde que llegó Bosco, se volcó en su auxilio, trabajando codo a codo
con él, juntos han vivido muchos momentos, incluso trabajando en el campo codo
a codo, y el trabajo, el tiempo, une. Tanto ha sido lo que Mauricio ha visto en
Bosco, que incluso se atreve a darle consejos, pues ve al muchacho perdido,
desorientado, sin saber cómo actuar, luchando entre lo correcto y lo descortés,
viendo en Bosco, el vivo retrato de él mismo, y temiendo que un alma tan noble
como la del muchacho se llegue a perder por no parar a tiempo, como le ocurrió
a él.
El consejo que Mauricio le da a Bosco, se lo da a sí mismo:
— Agradezca todo lo que le
ofrezca la señora, es lo correcto, pero no hasta el extremo de traicionarse a
sí mismo.
Ha de buscar el equilibrio
entre lo que está bien y está mal, lo que debe hacer y lo que le dicta el
corazón, porque del contrario sería tremendamente infeliz, y eso no hay dinero
ni favor que lo pague.
Por sus palabras adivino que a él le ocurrió antaño, y ahora no puede salir
de ese rol, al que está ligado, o quizá lo haga, pero de momento no le
interesa. Está bien, cerca de ella, pero le empieza a serle infiel, pues esconde
las idas y venidas de Bosco, le protege, y le ayuda. Quizá Mauricio ve en él,
el hijo que nunca tuvo.
Por otra parte Bosco a aprendido a respetar al capataz, y aunque a veces le
salga la vena Montenegro, que todos sabemos que lleva en su sangre, el muchacho
aprecia a Mauricio de veras. Y se lo demuestra en ocasiones tratándole como un
igual como a un amigo, incluso le acepta los consejos que el capataz desinteresadamente
le da, haciéndole pensar, recordándole, que nunca debe traicionar a su señora, ya que
al igual que te lo da todo, te lo quita de un plumazo. Bosco es un muchacho que
necesita cariño, nunca ha tenido nada parecido a un amigo, aun hermano, incluso
verá en él, pinceladas del padre que nunca tuvo, y por eso le agradece todo lo
que hace por él.
Creo que Mauricio forma parte del día a día del muchacho, Mauricio es su
apoyo masculino, del que aprende, el que le acompaña, ya que la relación con el
exterior están vetadas, hasta nueva orden de la doña, Bosco está encerrado en
una jaula de cristal, como le pasó tiempo a tras a María, y me da la sensación
que Mauricio, pasará a ser alguien mucho más importante en la vida del
muchacho, y más si este adivina o descubre la verdadera identidad de Bosco.
Sus escenas son estupendas, ahí Francisco Ortiz, saca su buena actuación,
me encanta verlo con Mario Zorrilla, los dos se complementan, muy diferente a
cuando tiene que actuar con Fariba Sheikan que en esas escenas no siento nada, no me transmiten nada, parece que se contagia de su actuación, y lo siento de veras, ya que aunque no sea crítica de oficio, y no intento serlo, si que opino sobre mis sensaciones, mis emociones, sobre lo que me gusta y me disgusta.
Francisco Ortiz, con Mario
Zorrilla, se crece, creo que Mario le aporta al muchacho mucha seguridad, hacen un buen tándem, buena complicidad, muy buena química, y llegando a este punto, tengo que
decir que pienso que Mario Zorrilla tiene muy buena química con todos, los actores, y entonces
me pregunto...¿No será que Mario Zorrilla es química en sí mismo, química por
los cuatro costados?
Me gusta esta relación. Bosco, Mauricio, ya que este último, siempre ha sido y es, un puntal muy
importante en Puente Viejo, y espero que sea por muchos años más.
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