DE PASTA DE ÁNGEL- CANDELA MENDIZABAL

De pasta de Angel

Pues si... de pasta de Ángel, como en tantas ocasiones le llama el padre Gonzalo a la confitera, De pasta de Ángel, es nuestra dulce Candela… una mujer que llegó a Puente Viejo, junto con el hijo de la partera, en el santo temporal.

Quería hacer un paréntesis en Candela, que según el paso de los capítulos pudimos saber de ella, que había sido maestra, que había tenido un hijo que murió tras un terrible accidente y que había enviudado por culpa de la guerra creo que en Marruecos.

Una mujer que huía de su vida, de su pasado, intentando como tantas mujeres en aquellos tiempos tirar hacia delante sin un varón. Y feliz, por ello, porque la mayoría de aquellas mujeres eran esclavas de sus maridos, maltratadas, humilladas y vejadas por el sexo opuesto, y cuando quedaban viudas, recuperaban su bienestar y su libertad.

Vimos como esa mujer, de menuda estatura y con un corazón tan grande que le salía por los poros y que irradia tanta bondad como luz en sus actos, nos iba llegando poco a poco al corazón. Candela se hizo querer desde un principio, al ser confidente, y cómplice del amor prohibido, del padre Gonzalo con su amada María, y confidente y cómplice con Aurora para hacer ver a Tristán lo equivocado que estaba con aquella muchachita que llegó a Puente Viejo intentando recuperar un padre que vivía absorto por la maldad de Jacinta, la compañera que le usurpó su vida. Candela, adopta sin pretenderlo, el rol de madre en la vida de los hijos de la partera, y ocupa un lugar muy especial en el maltrecho corazón de Tristán, un hombre que ha perdido el sentido de la vida, y que ella endulza y vuelve a llenarlo de luz, haciéndole ver a sabiendas de perderlo todo, el camino a seguir y lo equivocado que estaba en muchas de sus decisiones.

Una mujer valiente, que ama con toda su fuerza, que sufre por todos y cada uno de los que considera su familia. Que se sacrifica por no hacer daño a los que ama, como pasó cuando hipotecó la confitería, y como nos demostró más tarde ante la locura de Fernando Mesía. Una mujer valiente, que enfrenta la vida plantando cara a la adversidad, enfrentándose ella sola ante Francisca Montenegro, para poner los puntos sobre las ies. Candela es excepcional.

Candela, como dice su nombre, es luz, y brilla con esa luz propia. No llega para usurpar el puesto de nadie, y sé que ha sido criticada por amar, a Tristán. Pero nuestro capitán tenía el derecho que da la vida, a volver a amar, de volver a sentir que era un hombre y que la felicidad le sonreía, y ella lo consiguió, con su dulzura, con su sencillez, con su humildad y su mirada, esa mirada tan tierna, tan de verdad.

Candela sabía que sería difícil llegar al corazón del capitán de Puente Viejo, porque estaba herido de muerte por su gran amor, Pepa, pero sin darse cuenta, fue llegando a él, sacándolo de las profundidades de la oscuridad en las que estaba sumergido y elevándolo hacia el mundo real, ese mundo real que necesitaba Tristán para salir de su letargo, y reencontrar nuevamente la dicha que perdió en la quebrada de los lobos, y que marcaría su vida para siempre.

Candela, la mujer sufridora, y la más castigada por los guionistas de Puente Viejo, en esta segunda temporada, siempre hablando del salto temporal. La que encuentra en esos escasos momentos de la vida cotidiana, un rallito de felicidad, y que tal como le llega, y antes de darle su calor, se desvanece y se va, dejándola nuevamente sola con su vida, con sus cosas, con su tristeza y su dolor.

A mí personalmente, Candela me encanta, pero la tienen ahí, esperando, y no sabemos el que. Tengo que deciros, para ser sincera, que al principio la miraba con recelo, porque el amor que hubo entre Tristán y Pepa, era tan grande, tan inmenso, como le dice Martín a su padre en unas de sus conversaciones.

-Padre, debe estar feliz. Por haber podido vivir ese amor tan grande y puro, que perdura más allá de la muerte.

O algo así… Y solo el pensar que podría estar con otra mujer, nos parecía una traición hacia Pepa.. Pero teníamos que pensar que la vida continúa, y aunque para nosotr@s, “el espectador“  habían transcurrido escasos minutos desde que Pepa nos dejó, para los personajes habían pasado dieciséis años, nada más, ni nada menos. Ya era hora de recuperar la vida, recuperar el amor, y que mejor que en los brazos de Candela.

Una magnífica interpretación de Aida de la Cruz, que me hizo conmover cuando ante la puerta de la iglesia lloraba tirada en el suelo, la muerte de su recién estrenado marido, llevando junto a su corazón tintadas de sangre, de la sangre de Tristán Castro. Aquella desgarradora escena, demostró el gran talento que tiene Aida, y no solo ahí. El personaje ha ido adquiriendo una fuerza y ha pasado por unos matices que demuestran esa magia de la interpretación.

La dulce Candela, ahora mismo pasa por otro terrible momento, la separación de la que siente como hija propia, la marcha de Aurora. El recuerdo de cuando la muchacha llegó de la mano de Emilia, nos hace ver que siempre le ocurre lo mismo, que la vida le arrebata o le aleja lo que más quiere dejándola sumida en un profundo dolor.

Me gustaría que los guionistas, hicieran algo al respecto. Creo que Candela es una de las maltratadas por Puente Viejo, y alguna alegría tendría que llevar. Ahora estará junto a su amiga que no la dejará caer. Emilia Ulloa, junto a Rosario, el apoyo de una madre, y Martín y María, que junto a Esperanza, le darán ese soplo de felicidad que precisa para levantar cabeza. Pediría que llegara alguien que le hiciera revivir, no olvidar, porque eso es imposible, pero sí que le dieran una oportunidad de poder hacer realidad el sueño de cualquier ser, que es sentirse querida, y no como persona, sino como mujer.

Un bravo por Aida de la Cruz, por su interpretación y por su dulzura, que traspasa las pantallas de todo el que la mira. Espero que le llegue alguien muy pronto.

A más ver.

Por cierto. No me gustó nada que su sobrina, a la que no veía en años, que es sangre de su sangre, y que viene para encontrarse con ella, no pase ni a verla en cuanto llega, ni ahora que ya vive allí, prefiriendo vivir en la Casona, y confiando más en una extraña que en su propia tía.

Una persona que antepone, un muchacho que acaba de encontrar, a la protección y al calor de su tía, a la que busca con ahínco, (porque tenemos que recordar que Inés huye de algo que ha sucedido tras la muerte de su padre), da mucho que pensar. 

Lo siento, pero de momento, miro a Inés y Bosco con mal estar... y aunque aún no he visto el capítulo de hoy, he visto alguna captura, y ya tenemos cama entre ellos. Tuvimos que esperar 33 capítulos para que Tristán y Pepa se encontraran en el chozo y pasaran la noche juntos, 50 capítulos para que Martín y María tuvieran el primer encuentro carnal, llevamos 236 capítulos desde que llegó Conrado a Puente Viejo, y conoció a "la mico"  y Aruroa y Conrado no han tenido ese placer...y lo que es más triste, que la pareja más tierna de todas, Emilia y Alfonso, después de la friolera de 890 capítulos, toda su intimidad la tengamos que imaginar porque es en of... y estos a la primera de cambio ya están liados. 

Creo que los guionistas no nos entienden... Nosotras, las fans... No nos conformamos con ver cama, así por que sí, ni escenas de pasión entre una pareja que de momento, no tiene mucha o casi ninguna aceptación por la mayoría de los seguidores de Puente Viejo... por lo que estoy viendo por ahí. Lo que pedíamos a gritos eran unas escenas íntimas, tiernas y de mucha pasión, con las parejas que tenemos en nuestros hogares cada día, durante años. Aurora y Conrado, y Martín y María, Mariana y Nicolas, incluso Emilia y Alfonso... y a cambio nos ponen esos dos mozalbetes acabados de llegar, que ni fu ni fa... Está visto que no les llega nuestro mensaje, no nos leen nada. 

Espero que cuando dentro de un rato, vea el capítulo, cambie de opinión y venga a cuento el encamamiento de estos personajes.. Porque de lo contrario, todavía será peor, y entreveré que nos quieren meter un amor, que no lleva a ninguna parte, dar un giro de la historia que no atrae para nada, dejando a un lado lo que realmente nos interesa. Quizá con el tiempo, pase como con todo, pero me disculparán los guionistas, y los actores, esa relación podría haber llegado de otra manera, y quizá nos hubiera llegado a enganchar  tal y como pasó con las anteriores. No queremos cama a cualquier precio, somos exigentes y queremos lo mejor, y de momento, lo mejor son nuestras parejas, las consolidadas.. Las que admiramos, amamos, y deseamos que sean felices y que nosotras podamos verlos en of.

Y ahora me voy a ver el capitulo de hoy. Nos vemos y ya sabéis lo que dice María con ese guiño.. no os vayais sin comentar.. cuesta poco y hace mucha ilusión!!