Llevo unos días en los que me he visto de nuevo buscando capturas, haciendo fan art con algo más de ilusión de lo que venía haciendo en estos últimos tiempos, más concretamente desde la marcha de Jordi y Loreto.
Pero desde el capítulo 1100, creo que ha habido un antes y un después en Puente Viejo, o quizá tendría que decir, en mi, y en la manera de volver a ver y comprender el serial.
Y ha sido cuando he mirado Puente Viejo con otros ojos, y he podido disfrutar de lo que se perfila, y dentro de ese nuevo horizonte, tres historias de amor, la de Prado y Matías, Hipolito y Gracia, y la más potente a mi entender, la de Lucas y Sol, una bonita historia de amor que ya se entrevé.que nos gustará.
Este es el revulsivo que pedíamos a gritos los fans, y me alegro por ello. Pero es que además, he disfrutado como hacía tiempo. no solo por la historia de amor, si no por la historia familiar que ha dado un giro importante.
La historia de Severo y Carmelo, ya se me estaba haciendo pesada. El encuentro con Sol en el lupanar, y su rapto posterior, me llenó de curiosidad, pero el rescate del tejado, cuando Sol recuerda el triste momento de su separación, y el abrazo posterior entre ellos, cuando por fin pueden comportarse libremente me pareció magistral.
De nuevo unos hermanos que nos llegan al alma, un abrazo y unas miradas que van más allá, un reencuentro tras muchos años de separación, nos transportan y rememoramos aquellos momentos muy similares en las vidas de otros hermanos muy queridos por todos, a ese encantador reencuentro, ese abrazo que dieron Aurora y Martín y que desde aquel preciso momento, llegaron a robarnos el corazó, un abrazo fraternal lleno de emociones, tal como lo hemos vuelto a vivir con Severo y Sol.
Sol mira a su hermano con serenidad, con tristeza, con dolor, con ilusión y miedo, buscando encontrar en aquel hombre que tiene frente a ella, resquicios de aquel niño del que se separó. Ella, siente una mezcla de sensaciones, y es lo que desprendemos de su interpretación, lo que nos llega, lo que me ha cautivado por completo, Sol me ha hecho volver a sentir esa emoción.
Severo, agachado junto a ella, intentando explicarle que nunca la olvidó, que no podía hacer nada porque era un niño, pero que tras la huida frustrada ha comprendido que no la puede retener por más tiempo, que él la quiere y quiera que sea feliz dejándola marchar.
Es cuando Sol, la hermana menor comprende, que Severo ha sido víctima igual que ella, y que sigue siendo aquel niño que fue, el que la abrazaba en el banco del andén, sangre de su sangre. Precioso momento cuando le pregunta si podrá perdonarla, y se funden en un abrazo, es de lo más conmovedor, una gran escena, y una gran interpretación.
Estos actorazos, saben llegar a los corazones, y creo que junto con sus compañeros de camino, Carmelo, Lucas, doña Francisca que también intervendrá, y quizá Candela que puede que se vaya aproximando a Severo, darán mucho juego, tanto en lo concerniente a la la familia Santacruz, a la Doña, como su historia de amor, que creo que se cocerá a fuego lento, tal y como nos gustan las historias a sus fans, tal y como hemos podido volver a comprobar con esas lánguidas miradas, que dicen sin hablar, y esos labios que besan sin rozar.
De momento, la sensualidad de Sol, su potente belleza, como potente personaje, ha sido muy acertadamente escogido. Creo que es un gran trabajo de casting, ahora sí que han sido más exigentes, y han estado por la labor.
Esa fuerza que desprende la actriz, ( porque en poco tiempo ya lo hemos dicho muchas veces) el personaje es uno, no tiene rostro, no tiene voz, y es ahí donde la actriz pone la garra y le pone corazón. Adriana ha entrado fuerte, a puesto toda la carne en el asador, y eso… se nota, porque no ha hecho falta muchas escenas, para poder ver que ya tiene ganados a muchos espectadores con su interpretación.
A más ver.
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